El estado y funcionamiento de nuestro sistema inmune durante los meses más fríos del año como son otoño e invierno siempre ha suscitado interés pero desde marzo del año 2020 con la aparición de la covid-19 ha adquirido aún más interés e importancia en cualquier época del año.

Debido a las circunstancias que estamos viviendo, existe gran confusión a la hora de diferenciar un resfriado común, de una gripe o del covid-19, pero lo que sí tenemos claro es que queremos tener nuestro sistema inmune a punto y en condiciones óptimas para prevenir cualquier infección para así evitar el malestar, posibles hospitalizaciones, bajas. Es decir, evitar cualquier acontecimiento que nos obligue a parar temporalmente nuestra vida.

Durante estos últimos años hemos podido obtener mucha información acerca de cómo evaluar el estado y cómo potenciar nuestro sistema inmune. Al igual que nos hemos hecho muchas preguntas sobre el papel de la nutrición y los suplementos alimenticios para optimizar nuestras defensas.

Antes de adentrarnos en la nutrición y en la evidencia científica que respalda el consumo de algunos micronutrientes con el objetivo de reforzar el sistema inmune, debemos recordar que existen una serie de estrategias conductuales, nutricionales y de estilo de vida para limitar las infecciones y prevenir la transmisión de patógenos.

Las estrategias conductuales las conocemos bastante bien y están a la orden del día.

  • Minimizar el contacto con personas infectadas.
  • Llevar la mascarilla en lugares cerrados.
  • Lavarse las manos de manera regular, haciendo hincapié antes de las comidas y después de contacto directo con personas, lugares públicos.
  • Evitar las aglomeraciones.
  • Evitar tocar repetitivamente zonas públicas.
  • No compartir botellas, cubiertos, etc. con otras personas.
  • Llevar gel antiséptico.

A su vez, también existen las estrategias nutricionales y de estilo de vida como puede ser una alimentación saludable rica en frutas y verduras ya que debido a su gran cantidad de micronutrientes vamos a garantizar la obtención de vitaminas y minerales imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestro organismo y por lo tanto, de nuestro sistema inmune.

Pero no debemos olvidar que cada vez hay más evidencia que respalda la importancia del estilo de vida y las exposiciones ambientales para garantizar un buen sistema inmune. El ejercicio físico y la forma física se consideran factores que pueden disminuir el riesgo de infección a pesar de tener otro tipo de factores de riesgo como hipertensión o colesterol. Nunca es tarde para comenzar a hacer deporte o para mejorar y aumentar el movimiento a lo largo del día, ve andando al trabajo, no cojas el ascensor, comienza con 2,3 días de ejercicio físico a la semana. Pequeños cambios que marcarán la diferencia a medio-largo plazo. La inactividad física está incrementando con los años y esto se manifiesta en una disminución de la salud de la población.

Por último comentar acerca de las vitaminas, minerales y oligoelementos que ejercen un papel importante como cofactor en numerosas vías metabólicas y se consideran esenciales para la integridad y el perfecto funcionamiento del sistema inmune. Como es de esperar y justificadamente, se han llevado a cabo y publicado numerosos estudios científicos en los que han puesto de manifiesto a los 3 guardianes del sistema inmune: zinc, vitamina C y vitamina D.

En la actualidad es bien conocido que el zinc es un elemento esencial que influye en el crecimiento y que afecta al desarrollo y la integridad del sistema inmune ya que la función adecuada de las células inmunitarias depende en gran medida del zinc. Afecta a múltiples aspectos desde la barrera de la piel hasta la regulación génica en los linfocitos.

Al segundo guardián lo conocemos y nos ha acompañado desde nuestra infancia con los zumos de naranjas, lo que en un principio se consideraba un mito, a día de hoy existe gran evidencia en la prevención y en el tratamiento de infecciones. Esta vitamina interviene en la integridad de la barrera y cicatrización de heridas, en la formación y función de los glóbulos blancos, en la fagocitosis y destrucción microbiana, etc.

El tercer guardián, cada día más famoso y cada día en menor cantidad en nuestro organismo es la vitamina D o la vitamina del sol. Esta vitamina es fundamental para numerosos procesos biológicos y cada vez parece ser que juega un papel más importante que el que se creía. Desde el año 2020 se han publicado más de 1000 estudios científicos sobre la vitamina D, su efecto en el sistema inmune y su vinculación con el riesgo de infección y pronóstico de hospitalización tras la infección con el sars-cov-2. En las conclusiones se pone de manifiesto unanimidad: existe relación entre los niveles bajos de vitamina D y peor pronóstico en caso de infección por covid-19. Se ha evidenciado que la vitamina D mitiga los síntomas del resfriado común y que aumenta la inmunidad adaptativa y aumenta la expresión de genes asociados a los antioxidantes.

La cantidad necesaria de cada uno de los micronutrientes varía dependiendo del sexo, edad, biomarcadores bioquímicos e incluso biomarcadores genéticos. Existen variaciones genéticas que se manifiestan dando lugar a una necesidad superior de estos micronutrientes. Por lo tanto, conocer esta información te va a ayudar a conocer las cantidades necesarias para tu organismo y así mantener el sistema inmune óptimo.

Si algo nos ha enseñado la pandemia es que nuestro bien más preciado es la salud.

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