El término medicina personalizada (MP) apareció por primera vez en trabajos publicados en 1999, destacando cómo los nuevos avances técnicos en la predicción de riesgos para la salud general, el seguimiento del desarrollo de la enfermedad y la predicción de la respuesta a la terapia podrían permitir enfoques de atención personalizados. Pero ¿qué es “medicina personalizada” exactamente y de qué se trata?
¿Qué consideramos que es medicina personalizada?
En 2014, el Grupo Asesor de Horizonte 2020 definió la MP cómo “un modelo médico que utiliza la caracterización de los fenotipos y genotipos de las personas (por ejemplo, perfiles moleculares mediante pruebas moleculares, imágenes médicas y datos de estilo de vida) para: adaptar la estrategia terapéutica adecuada a la persona adecuada en el momento adecuado, determinar la predisposición a las enfermedades y ofrecer una prevención oportuna y específica”.
Esta definición fue adoptada en la reunión del Consejo Europeo sobre MP para pacientes, que especificó que “la medicina personalizada se relaciona con el concepto más amplio de atención centrada en el paciente, que tiene en cuenta que, en general, los sistemas de salud deben responder mejor a las necesidades de los pacientes”.
El concepto evolutivo de lo que es medicina personalizada
El concepto que define qué es “medicina personalizada” se ha transformado recientemente en atención médica personalizada, concebida cómo enfoques personalizados, predictivos, preventivos, participativos y centrados en la persona, entre otros. Estos enfoques permiten la transformación del sistema a través de la participación directa de los ciudadanos, los pacientes, los responsables políticos, la academia y las industrias, para una planificación, implementación y entrega efectivas y sostenibles de servicios de MP.
El análisis de genética, genómica y epigenética (test genéticos), así como el fenotipado clínico profundo y los biomarcadores digitales, representan herramientas innovadoras para clasificar estados de enfermedad (pruebas de diagnóstico) y predecir resultados clínicos futuros (pruebas de pronóstico). En el futuro, la elaboración periódica de perfiles de pacientes basada en tecnologías innovadoras se utilizará de forma rutinaria en la atención médica para cambiar hacia un enfoque preventivo y proactivo.
Conocemos mejor las tecnologías que las personas
Si hablamos de MP no podemos olvidarnos de la P de persona y sólo focalizar en la tecnología. Esta es sólo el instrumento sofisticado y de un gran valor añadido en el proceso de atención al paciente.
Sin duda, estamos en una dualidad compleja cuando hablamos de la P. El paciente “cuerpo” con su genética y su fenotipo, y el paciente “persona subjetiva”. Los filósofos franceses Merleau-Ponty y Ricoeur señalan que la persona emerge en la intersección de la subjetividad y la objetividad, a través de un proceso azaroso y dinámico de conformación sin fin. No somos siempre los mismos. Esto también muestra que la medicina personalizada no logrará su objetivo de personalización cuando sólo considere la parte objetiva de la persona (especialmente su cuerpo objetivo) y sólo utilice enfoques explicativos provenientes de las ciencias naturales (y sociales).
Las dinámicas políticas, socioeconómicas y el uso de las nuevas tecnologías están creando un nuevo tipo de sociedad a las que las personas tenemos que hacer frente. Estamos empezando a vivir un nuevo paradigma sin que el anterior haya desaparecido. En la provisión de servicios de salud, será cada vez más importante el paciente subjetivo con todo lo que supone. Un cuerpo, sí, pero una manera de ser, de vivir, su familia, su cultura, su vida emocional, su vitalidad y su grado de inserción al tejido social y económico. No basta con conocer su genética con un test de ADN.
¿Hacia dónde se dirige la definición de lo que es medicina personalizada?
La MP tiene que ser una parte integrante de nuevos modelos de salud, en los que se habrá de considerar prioritaria la prevención y la educación de la salud, la adquisición o mejora de hábitos saludables, la necesidad de cambiar conductas para seguir de forma adecuada los tratamientos terapéuticos y, en especial, promover los diagnósticos precoces. Es precisamente en esta línea que emerge la salud personalizada.
Para que la MP sea una prioridad científica e industrial los decidores políticos y los gestores de organizaciones de la salud deben promover la cooperación entre investigadores, innovadores, industrias, startups, reguladores, agencias de financiamiento y sistemas de salud. Al mismo tiempo, tienen que brindar foros y plataformas para intercambiar mejores prácticas, definir pautas comunes para la implementación de la MP y promover proyectos público-privados.
La MP va a progresar si sabe crecer equilibrando la M y la P. El ciudadano o paciente cada vez será más multidimensional y complejo, con más consciencia de la importancia de su estado de salud. Y necesitará cómo ahora “ser reparado” en ocasiones, pero sobre todo va a pedirnos “GPS” humanos para gestionar mejor su salud y bienestar, y su enfermedad en su caso. La medicina personalizada va a ser de gran ayuda, de eso estoy convencido.