¿Qué pasa con la microbiota? Te lo contamos aquí.

Aprovechando que esta semana se celebra el Día Mundial del Microbioma no hemos podido resistirnos a hablar sobre este tema. Y es que es imposible negar que la implicación del microbioma, también llamado microbiota, en la salud es tendencia.

He de confesar que escribir este artículo ha supuesto un reto para mi ya que lo primero que hice fue visitar Pubmed, la principal base de datos especializada en ciencias de la salud, y buscar el término “microbiome” filtrando por el último año aparecen nada más y nada menos que 5.963 publicaciones científicas, y en los últimos 5 años 23.882.. ¡Esto es de locos! Pero no os preocupéis que voy a intentar transmitir la información lo más entendible posible y desde un punto de vista objetivo.

Para poder sumergirnos en el mundo del microbioma humano, en primer lugar, debemos conocer unos conceptos básicos.

¿Existen diferencias entre el microbioma y la microbiota?

 

A menudo seguro que habéis escuchado hablar de estos conceptos como si fueran lo mismo y aunque realmente no lo son, lógicamente tienen cosas en común.

La microbiota humana es el conjunto de microorganismos (bacterias, parásitos, virus, hongos..) que residen en nuestro cuerpo, pudiéndose encontrar en el intestino, piel, boca, tracto genitourinario, respiratorio, etc.

Mientras que el término microbioma hace referencia no solo a los microorganismos, sino a todo el hábitat, más específicamente a sus genes, metabolitos y condiciones ambientales que los rodean, y cuya composición, al igual que la microbiota, depende del lugar donde se encuentre.

Cabe destacar que el microbioma es considerado como un “nuevo órgano” imprescindible para la vida y que completa las funciones faltantes en el ser humano, no solo porque sus genes microbianos superan a los humanos en 100 veces sino también por la relación y “conversaciones” que tienen con nuestro organismo del que ambos se benefician, llamado comportamiento simbiótico y mutualista.

A la hora de hablar sobre este tema, el término microbiota parece ser fácilmente comprendido por la población en general, sin embargo, desde el punto de vista científico el término microbioma, debido a su amplio alcance, es el más utilizado.

Dinamismo de la microbiota y factores que influyen en su composición

Debemos tener en cuenta que el microbioma no es un órgano estático que se mantiene en el tiempo, sino que está sujeto a variaciones debidas a diversos factores y que dependen de la localización del microbioma, ya que los factores que producen variaciones en el microbioma vaginal no siempre son los mismo que lo producen en el microbioma intestinal, por ejemplo.

El microbioma cambia a lo largo de la vida por múltiples factores tanto intrínsecos, es decir, propios del individuo, como la genética y el sistema inmunológico, como factores extrínsecos, externo, como la dieta, fármacos, exposición a antimicrobianos o la propia interacción con otros microbiomas, como hemos comentado anteriormente.

Estas variaciones que sufre el microbioma no debemos clasificarlas como “alteraciones negativas” ya que en muchos casos esas variaciones pueden ser positivas, como por ejemplo la variación que sufre el microbioma intestinal con el entrenamiento físico donde se produce el crecimiento de microorganismos capaces de producir butirato, como bacterias Clostridiales o tipo Firmicutes, las cuales crean una barrera natural en el intestino que evita que las bacterias patógenas (malas) accedan a nuestro organismo.

Sin embargo, en otras ocasiones sí que puede conllevar una desventaja como es el caso de la disbiosis intestinal, incrementando la presencia de Proteobacterias (20-30%) incluidas las especies Echerichia coli y Klebsiella. Los factores precipitantes en relación con esta disbiosis que se incluyen en la literatura son defectos genéticos, estrés, dieta, consumo de alcohol, infección, exposición a medicamentos, incluidos antibióticos y no antibióticos.

Por lo que, llegados a este punto, podemos comenzar a percatarnos del impacto que ejercen nuestros hábitos de vida en nuestros diferentes tipos de microbiomas.

Microbioma “saludable”

Desde el inicio del Proyecto Human Microbiome en el año 2008, aún existen controversias a la hora de definir cuál es el microbioma sano o saludable. Durante este proyecto analizaron el microbioma de 300 voluntarios sanos cuyos resultados demostraron que a pesar de estar “sanos” sus microbiomas eran muy distintos. E incluso descubrieron otros aspectos como:

  • La microbiota humana presenta mayor cantidad de genes responsables de la supervivencia humana que los propios genes de los individuos.
  • Las actividades metabólicas microbianas, como la digestión de grasas, no siempre son llevadas a cabo por la misma especie bacteriana – Este punto complica mucho la interpretación de los resultados de un análisis de microbiota rutinario -.
  • El microbioma cambia con el paso del tiempo, el consumo de fármacos y enfermedades, pero logra volver al estado de equilibrio pese al cambio en la composición microbiana.

Estos descubrimientos han complicado la respuesta que tan fácilmente parecía ser contestada a la pregunta ¿Cuál es el microbioma saludable? Sin embargo, hasta la fecha, lo que el estudio del microbioma nos está queriendo decir es que no existe un solo estado de salud, sino que la salud presenta múltiples caras

Microbiota, como dato multimodal y ómico, en el abordaje personalizado

 

Una gran mayoría de los estudios científicos publicados acerca del microbioma presentan cuatro enfoques diferentes con el fin último de mejorar la calidad de vida de las personas desde un abordaje personalizado y teniendo en cuenta las diferencias individuales. Los enfoques son:

  1. Impacto del consumo/aplicación/transferencia de cepas bacterianas buenas en la salud humana. En este caso merece la pena comentar el “trasplante de microbiota fecal” (FMT en inglés) aprobado en la UE para tratar la infección por Clostridium difficile (CDI) – bacteria presente en personas sanas pero cuyo desequilibrio puede aumentar las toxinas liberadas por esta bacteria y producir colitis fulminante – El trasplante de microbiota de persona sana ha informado una curación en el 93% de los pacientes con CDI recurrente.
  2. Comparar el microbioma de pacientes que presentan diversas enfermedades con el de controles sanos. Como es el caso de la psoriasis, una enfermedad de la piel donde Fahlén et al. observaron un cambio en el número de bacterias en comparación con personas sanas. Las Proteobacterias sp. estaban presentes en niveles más altos en el tronco del cuerpo, mientras que los niveles más altos de Streptococcus y Propionibacterium sp. estaban presentes en las lesiones.
  3. Búsqueda de biomarcadores de riesgo. Análisis y evaluación del microbioma humano en determinadas enfermedades para conocer si existe vinculación entre el microbioma y la enfermedad. Por ejemplo, se ha demostrado que la bacteria Faecalibacterium prausnitzii está elevada en la microbiota intestinal de pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2 y por el contrario, la especie Akkermansia muciniphila, se encuentra en niveles bajos.

Como podemos ver, la ciencia en esta área está avanzando a pasos agigantados, de hecho, en el mercado ya se encuentran numerosos test de microbiota disponibles, sin embargo, estos test aún presentan diversos retos que deben afrontar.

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Retos presentes y futuros

Los profesionales sanitarios cada vez son más conscientes de la importancia del microbioma y de sus posibilidades de aplicación en el abordaje de pacientes en el futuro. Sin embargo, desde mi punto de vista aún quedan retos por afrontar.

Uno de los retos más importante es conocer el microbioma “saludable” con el objetivo de lograr una referencia con el cual comparar el microbioma de los individuos sanos.

Por otro lado, se encuentra la toma de muestra, que en el caso de la microbiota intestinal es mediante una muestra fecal y en este caso estamos extrapolando que la microbiota presente en las heces es la misma que nuestro intestino grueso… pero ¿qué pasa con nuestro intestino delgado donde también se encuentran gran cantidad de bacterias?

También tenemos el reto del tiempo en el análisis de la muestra. Como hemos comentado, nuestro microbioma es un órgano dinámico, como una fotografía tomada en un momento, entonces ¿es posible que cuando nos entreguen los resultados nuestro microbioma haya cambiado y la fotografía sea distinta?

No obstante, los test de microbiota pueden ser realmente efectivos y necesarios en algunos casos como es la detección de disbiosis intestinal. Dicho esto, si estás pensando en realizarte un test de microbiota, consulta con tu profesional sanitario de referencia que seguro que podrá resolverte cualquier tipo de duda o contacta con nosotros que estaremos encantados de poder ayudarte.

Referencias bibliográficas

 

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