Ay, el deporte. GAC, HIIT, spinning, yoga, running, Zumba, aquagym. Tan necesario, tan saludable, tan sanador, tan liberador… tan amado por unos y tan odiado por otros. Porque hay personas que se levantan a la seis de la mañana y, con el estómago vacío, se hacen 10km corriendo. ¡Y les sienta fenomenal! ¿Tú también tienes ese superpoder?
Hay una cosa segura: el ejercicio físico es fundamental para tener una buena calidad de vida, saludable, activa y emocionalmente estable. Seguro que estás convencido de ello. Pero ¿qué tipo de ejercicio elegir?
Tanto si eres amateur cómo un profesional del deporte, hay algo que habrás experimentado. No existen entrenamientos genéricos que vayan igual de bien a todo el mundo, ni dietas milagro que mejoren como por arte de magia el rendimiento deportivo.
Cada uno de nosotros tenemos una respuesta metabólica propia al ejercicio. Y esto no te pillará por sorpresa. Ya hemos visto que hay “superpersonas” capaces de salir a correr a las seis de la mañana mientras que otras prefieren hacer natación al mediodía o yoga antes de ir a dormir.
¿Cuál es tu entrenamiento idóneo? Aquel que te va a hacer sentir bien, el que vas a disfrutar y el que ayuda a tu cuerpo a sentirse más activo. Para conocer cuál es tu mejor entrenamiento necesitas conocer cuál es tu respuesta personal al ejercicio. Y aunque en buena medida está condicionado por nuestros hábitos, también lo está por nuestra biología. Existen marcadores genéticos y bioquímicos que nos pueden dar pistas sobre qué tipo de ejercicio va a ser el más saludable y, que, además, nos va a evitar lesiones.
Por qué no es buena idea seguir el plan de entrenamiento personalizado de otra persona
Cada uno de nosotros nos relacionamos de manera distinta con la actividad física. No todos respondemos igual al consumo de oxígeno, ni tenemos la misma capacidad de movilizar glúcidos o grasas para obtener energía, ni tenemos el mismo tipo de músculos y ligamentos.
¿Sabías que nuestros genes pueden determinar si somos mejores en entrenamientos de potencia o de resistencia? Midiendo nuestra potencia muscular y nuestra capacidad de recuperación tras ejercicios con distintas cargas de trabajo podremos empezar a entender cuál será nuestro mejor entrenamiento.
Incluso nos pueden dar pistas de cómo mejorar nuestro rendimiento. Hay personas que responden muy bien a la cafeína o a suplementos de magnesio. Y hay otras que necesitan alimentos detoxificantes para una mejor recuperación de un entrenamiento a otro. Con pequeños trucos adaptados a tu realidad biológica podrás mejorar tus resultados deportivos.
La comida del deportista es tu comida como deportista
Internet está lleno de recomendaciones genéricas de lo que debemos comer antes y después de un entrenamiento o de una competición. Pero quizá lo hayas probado y no te haya ayudado. Quizá necesites entrenar en ayunas; o comer un buen plato de huevos revueltos, cargado de proteínas. Cada uno necesita una ayuda distinta para aumentar su rendimiento deportivo.
Por eso, conocer tu biología de manera personalizada te dice cómo tu cuerpo obtiene energía, cuál es su gasto energético en condiciones de reposo, y qué tipo de alimentos metabolizas mejor. Podrás saber los niveles de nutrientes esenciales para un rendimiento óptimo y saludable en tu práctica deportiva.
Planifica tu plan de entrenamiento personalizado
Elegir un plan de entrenamiento personalizado deportivo que te haga sentir mejor está al alcance de tu mano. Pero para ello será indispensable entender cómo funciona tu biología, cuáles son tus instrucciones genéticas y tu bioquímica para ajustar tu plan de ejercicio físico a tu realidad. Conseguirás así cambiar tus hábitos para mejorar tu rendimiento y, en definitiva, tu salud. Y lo harás a ciencia cierta.